¿Por dónde comenzar el camino?

¿Por dónde comenzar el camino?

Cuando nos preguntamos qué es lo más importante para nuestra salud, una respuesta es atender a nuestra estabilidad física, mental, emocional (nuestros tres cuerpos), teniendo en cuenta nuestro estado personal, la estación del año, la región climática en la que vivimos, etc.

Como todo, hay dos maneras de hacer las cosas:

1) Drásticamente, cambiando nuestras costumbres de la noche a la mañana y esperando tener la suficiente fuerza de voluntad y conocimientos amplios de alimentación.
2) Cambiando las costumbres poco a poco, aprendiendo en el camino, dejando que nuestros cuerpos (físico, mental, emocional) vayan asimilando suavemente los cambios.

Personalmente he comprobado que esta última opción es la más fructífera, tanto con uno mismo como con nuestra familia y entorno.

El camino que deseamos emprender con nosotros mismos trata sobre la responsabilidad para con nuestra vida, nuestra salud y nuestro sentido vital en general. Integrar poco a poco significa tomar consciencia de cómo, porqué y qué nos cuesta más cambiar y qué resultados positivos vamos notando.

 

Comencemos por el principio: el desayuno.

 

Existe la costumbre tan arraigada de desayunar igual cada día y justamente por esto es tan difícil de cambiar nuestra alimentación. Nadie es igual a otra persona, y no tiene la misma necesidad un enfermo, que un niño o un anciano, una persona con un trabajo mental sentada todo el día que una con un trabajo físico muy fuerte, con falta de peso, con exceso de peso…

Se desayuna rápidamente e incluso ni se desayuna. Tomamos un café con leche, leche con cacao, bollería, zumo de naranja, pan blanco con mantequilla y mermelada con azúcar… y este desayuno es tan convencional, que en cualquier sitio lo puedes tomar.

Se le llama «des-ayuno» precisamente porque es la comida con la que rompemos el ayuno de muchas horas. Romperlo con carbohidratos refinados, no es lo más recomendable, nos dará un subidón rápido de glucosa pero también en pocas horas nos dará un bajón rápido, de ahí que a media mañana necesitemos de nuevo tomar otro café o un bocadillo.

Todos necesitamos a diario glucosa para tener energía pero la ideal es la de carbohidratos no refinados, integrales y naturales. Sería interesante plantearnos si el cuerpo nos pide dulce industrial por la salud que le aporta o si se encuentra anquilosado en la rutina del alimento refinado y adictivo.

 

Ideas de sustitutos

 

Cambiar a un desayuno saludable, rico, nutritivo es muy fácil. Te dejo opciones variadas para que comiences con placer el cambio.

Café > café de cereales, malta (cebada tostada).
Té negro > té verde, te bancha, Rooibos, infusiones.
Chocolate, cacaos, Nutella > Crema de algarroba, cacao puro.
Leche de vaca > bebidas de arroz, almendras, quinoa, mijo….
Yogur > purés de compotas de frutas con bebida vegetal, amasake.
Mantequilla, margarina, nata > Crema de cacahuete, avellana, almendra, tahín (diluidas con algo de agua caliente), aceite ecológico de 1ª presión en frío.
Pan blanco, tostadas > Pan de levadura madre e integral.
Cereales y mueslis endulzados > Cereales y mueslis sin endulzar cocinados unos minutos o remojados toda la noche.
Frutas tropicales > fruta fresca local y de la estación.
Zumo de fruta comercial > zumo de fruta casero local y de la estación.
Mermelada con azúcar >mermelada natural sin endulzar.
Azúcar >
miel de arroz, de cebada, de maíz, jugo concentrado de manzana.
Bollería convencional >
galletas, bizcochos integrales, pan germinado.
Jamón, fiambres, patés >
salmón ahumado natural, anchoas, caballa, sardinillas, atún, bonito, ahumado a la plancha, fiambre vegetal, paté vegetal o paté vegetal casero, hummus, seitán.
Quesos >
Queso de tofu, queso de tempeh, queso vegetal o queso vegetal casero.
Huevos >
huevo ecológico, revoltillos con tofu y verduras.

En un principio pongo pescado en el listado porque después de años de tomar embutidos, carnes, quesos, es mejor sustituirlo por éste y poco a poco ir quitándolo.

Si antes de desayunar nos tomamos unos segundos para saber cómo nos sentimos, ésta decisión nos ayudará a afrontar mejor la jornada.

Podemos elegir un desayuno dulce si estamos muy tensos o nos espera un día de mucha tensión, o bien un desayuno salado si estamos muy cansados, con poca energía o nuestro trabajo va a requerir un esfuerzo físico.

Os pongo unos ejemplos a modo de guía:

    • Café de cereales con bebida vegetal, pan integral con aceite de oliva o tahín disuelto, zumo manzana y/o fruta local del tiempo.
    • Leche almendras con algarroba en polvo y melaza de arroz, con galletas sin azúcar con crema de cacahuetes, manzana con canela y jugo concentrado de manzana.
    • Té verde con bocadillo de seitán plancha y hojas de ensalada, zumo zanahoria, apio y algo de manzana.
    • Sandwich de salmón ahumado natural, café de cereales y zumo zanahoria.
    • Cuenco de muesli remojado la noche anterior en bebida vegetal al que le añadimos unas semillas tostadas, unos pocos frutos secos tostados, fruta al vapor….y lo acompañamos de infusión.

 

Con un buen desayuno no necesitamos tomar nada a media mañana, pero si lo necesitamos cualquier opción de los ejemplos anteriores sería una buena elección.

Que los alimentos sean ecológicos, naturales, sin conservantes, acidulantes, saborizantes etc.. es parte muy importante de una alimentación saludable.

Buen provecho y ya me contarás cómo te va.

 

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